Thursday, June 30, 2005

 

BATSUNIZANDO LA DEMOCRACIA




Ayer, 29 de junio, Trillo fue increpado por invitados del PSOE en los pasillos del Congreso. Desde la Transición jamás había ocurrido que los invitados de un partido pasaran a los pasillos a increpar a un político adversario. No hubo seguridad que los desalojara, no ha habido condena del PSOE.

Todos recordamos cómo durante las manifestaciones de la Guerra se apedrearon sedes del PP, se depositaron miles de kilogramos de mierda en sus puertas, se pintaron sus paredes o, incluso, se llegó a provocar algún pequeño fuego –si no recuerdo mal. Entre estas concentraciones ilegales a las puertas de una sede de un partido político había líderes del PSOE y de I.U. Jamás fueron ni sancionados, ni reprendidos.

Tampoco se borran de la memoria las imágenes de la manifestación del Prestige en las que se podían ver monigotes de políticos del PP colgados de los huevos o de Aznar ahorcado (¿qué opinaba de todo ello el ahora archisensible Carod?), sin que, por supuesto, nadie hiciera una sola objeción.

¿Y qué decir del cerco a las concentraciones ante las sedes del PP en plena jornada de reflexión, que Zapatero se negó reiteradas veces a condenar en la Comisión de investigación? ¡Cómo lo iba a condenar si Rubalcaba azuzaba a los manifestantes a través de sus comunicados y declaraciones a la SER en los que acusaba explícitamente al Gobierno de estar mintiendo! La jornada de reflexión del 13 M fue masivamente violada en toda España, con el beneplácito del partido que más provecho sacó de ello. Desde la Segunda República no se conocían imágenes semajentes.

¿Qué sucedería si el PP azuzara a sus simpatizantes a cercar las sedes del PSOE?, ¿qué sucedería si, por ejemplo, tras la manifestación de víctimas se acudiera a la sede de los socialistas en la calle Ferraz de Madrid a apedrearla?, ¿qué pasaría si tras la manifestación del archivo de Salamanca se acudiera al despacho de Caldera a depositarle un par de toneladas de mierda con un lacito?, ¿Y qué pasaría si cualquiera de los Parlamentos españoles se convirtiera en lugar idóneo para que los partidos inviten a sus simpatizantes para emboscar a los políticos?... ¿qué habría pasado si el día 13 de marzo el PP hubiera llamado a sus más de 700.000 afiliados a romper el bloqueo de las sedes? ¿Es esta la democracia que quiere el PSOE de Zapatero?

Se ha criticado la manifestación del Foro de la Familia por retrógrada, por casposa, por ser un ataque a los homosexuales. Yo no comparto los lemas de la manifestación y no acudí a la concentración, no porque no pudiera, sino porque no quise. Ahora bien, sí sé que el comportamiento en esa manifestación fue mil veces más democrático que en aquéllas que degeneraban en ataques a un partido político. No hubo insultos ni desprecios a los homosexuales, ni violencia hacia nadie. Ejercen su derecho y no agraden. Y eso es lo primero para que la manifestación o la acción política sea legítima. Y eso es lo que todavía hay mucha gente que no entiende. Determinadas actitudes están socavando uno de los pilares básicos de la democracia, cual es la tolerancia. Que, frente a lo que muchos creen, no es admitir que cada cual piense lo que quiera sin ser sometido a crítica. La tolerancia es admitir que hay quien piensa diferente a ti, que tiene derecho a exponer sus ideas y que la crítica hay que hacerla desde el respeto al otro. Por supuesto, todo ello con el límite del respeto a la democracia y a los derechos humanos.

Nos estamos deslizando de la manera más estúpida posible hacia una división social y una tensión que no se conocía desde hace muchos años. Se están rompiendo frívolamente y por situaciones meramente coyunturales equilibrios que es muy difícil restablecer y cuya construcción costó muchos años. Sin duda hay muchas diferencias entre lo que significa Batasuna y lo que está sucediendo. Pero hay también similitudes peligrosas en lo que supone introducir el hostigamiento y la coacción física en la vida partidista, haciendo de ello un instrumento más de la contienda política; en lo que supone mirar para otro lado ante las agresiones, en lo que supone alentar el odio al adversario. Con la deriva del partido del Gobierno, su acercamiento a ERC, IU y al BNG se está produciendo, en el sentido dicho, una batasunización de la democracia española que según vaya profundizándose tendrá mala salida y peor final.

No se puede pactar la política autonómica y nacional con ERC, IU o el BNG y dejar de lado al PP que representa a diez millones de españoles. No se puede detener sin prueba ninguna a militantes de un partido y justificarlo en sus “actitudes vociferantes”. No se puede decir que se tiene información sobre ETA y no tratarlo en la sede del pacto antiterrorista. No se puede llevar a invitados al Congreso que terminan increpando a un ex – ministro y que no pase nada. No se puede admitir que el Presidente del Gobierno se niegue a condenar el cerco a las sedes del PP en la jornada electoral. No se puede modificar una célula tan básica de la sociedad como es el matrimonio y la adopción por homosexuales sin un largo y prolongado debate en el que se intente llegar a consensos sociales cualificados y duraderos. No se pueden romper unilateralmente los pactos en justicia o extranjería firmados cuando el partido de la oposición tenía mayoría absoluta. No se puede nombrar al 95% de los fiscales de una determinada asociación de fiscales que no representa ni siquiera al 20%. No se puede cambiar al Fiscal Jefe de la Sala Penal del T.S. contra el criterio del Consejo Fiscal y para poner a un fiscal afín. No se puede nombrar al frente del CNI un político puro y duro, miembro del partido del Gobierno y ex – Consejero de un Gobierno de Comunidad Autónoma. No se puede admitir que cada Comunidad Autónoma diga lo que quiere que incluya su Estatuto sin consensuar con el principal partido de la oposición y como si ése fuera un problema exclusivamente autonómico. No se puede admitir que los nacionalistas ganen terreno a ojos vista –p.ej. autoproclamándose nación con el beneplácito del Gobierno y de las Cortes a través de sus Estatutos- en su proyecto de insolidaridad y secesión. No se puede pactar con un partido que lleva en su programa electoral, de manera expresa, la ruptura de la soberanía nacional y que ésta resida en las supuestas naciones del “Estado” sólo para echar al PP. No se puede elegir siempre como socio al enemigo del PP sólo por tener tal condición y diga lo que diga o haga lo que haga, así pacte con ETA en Perpiñán. No se pueden hacer tantas cosas que se están haciendo sin pagar un coste en términos, al menos, de división social, de inestabilidad y de fuerte deterioro de la vida política del país. No se puede y lo vamos a ver.

He dicho.

Comments:
Bien dicho
 
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